miércoles, 28 de mayo de 2008

GENTE DE LA TIERRA )

En la notable similitud del culto mapuche con el culto de muchas otras razas, se plantea con extraordinaria belleza y naturalidad, el milenario anhelo de trascender, anhelo que aún con singular fuerza, ellos reclaman como parte de su derecho en la inmortalidad.

Esta es nuestra gente de la tierra, gente de América, que en 1492, ya estaban aquí, inmemorialmente: cuando fueron "descubiertos" "conquistados", casi exterminados y sus sobrevientes condenados a vivir en cada más pequenas "reducciones".

En este libro se da a conocer muchos de sus mitos, leyendas y vivencias; cuando creemos que aún es tiempo; tan cercanos al ocaso du su adorado antü (sol): Hechos del dominio físico y metafísico, de todo lo cual podemos extraer valiosas ensenanazas, porque son espontáneamente mas espirituales que lo que creemos y su concepción de lo transcendente y divino es tan natural como ecológica y aún hermética que sorprende en medio de un mundo ventajoso y materialista que pone la mira más en las cosas de abajo que en las de arriba.

El mapuche tenía además de su intuitivo y musical lenguaje una percepción de que si hay algo bueno y justo en el Universo, tiene que venir de Dios, el venerado Gnënechen, que el alve, el am y el pëllü, est'án en permanente ascenso hacia la mayor estatura de Pëllü am impropiamente denominado Pillán por los conquistadores.

Esta honda percepción los lleva a la certeza iniciática que el Inche o yo intuitivo, tiene por meta el "llegar a ser" Que el Iche cayche, que libremente podemos interpretar como "Yo soy el que soy", es la misma y oculta frase que también utilizaron los herméticos, órficos, buddhistas, crísticos y otros; certeza iniciática, que solo puede valerse de ese algo bueno y justo del Universo, no habiendo lugar para el engano y el despojo..sin embargo...
Las acostumbradas invasiones de los Inkas, resultaron ser simples escaramuzas o combates de entretención al lado del golpe invasor de esos otros Hu Inkas o Winkas o peores que los Inkas, que vinieron para quedarse...

He aquí que un pueblo apacible y silente, de hablar poético y de apariencia lejana, a pesar de haber conocido tan de cerca el "pago de Chile" puede entregarnos de su revelación, de sus misterios, cuando sea el tiempo de escuchar, de buscar y de averiguar por nosotros mismos, para aprender de ellos, antes que lo olviden todo y nos digan: nien lay ngünedungufe...se ha perdido el poder de solución...
(Párrafos de una de las páginas de "Gente de la Tierra"escritor Magdiel Gutiérrez Pérez, que fue Presidente varias temporadas en la Sociedad de Escritores de Valparaíso-Chile)

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